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Un día de tren y otros cuentos, de César Prieto Álvarez

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LIBROS

«Las historias narradas por Prieto son tan adictivas que se devoran de una sentada»

 

César Prieto Álvarez
Un día de tren y otros cuentos
LOTO AZUL EDITORIAL, 2025

 

Texto: CÉSAR CAMPOY.

 

Mucho tienen en común los universos explorados por César Prieto en este sabroso cóctel de historias cotidianas, mayoritariamente mundanas, pese a la diversidad estamental y filosófica de la fauna dispuesta, y lo dispar de los escenarios abordados.

En primer lugar, están cargadas de fina ironía y cierta retranca. Como las dispensadas en el azaroso devenir de la alcaldesa y su sufrido conductor. En segundo, casi sin que nos demos cuenta, establecen un recorrido geográfico, sentimental y sensitivo por decenas de decorados descritos con oficio y naturalidad tal, que permiten al lector adentrarse en la escena para, prácticamente sin darse cuenta, formar parte de la parroquia del bar Los Amigos, de aquella zona degradada de Badalona, y compartir carcajadas con el personal ante la surrealista visita de una pareja de extraños.

O imaginarse sentado en las gradas circundantes a aquella pista, en la que los payasos Palanquito, Troche y Moche corretean, patosos pero ilusionados. O visualizar a Castroviejo y a Cunqueiro, de correrías, por aquella Madrid de posguerra. O mostrarse nervioso ante la inminente inauguración de la viguesa Sala Olimpia, esperando a un Nino Bravo que nunca llegó, pero disfrutando de una Cecilia que desde allí emprendió su último viaje. Sorprende, en muchos de los relatos, la exactitud de localización de los protagonistas. La precisión en el dato (fruto, seguro, de un arduo trabajo de documentación, unido a las propias vivencias) a la hora de describir e identificar los espacios por los cuales discurren las vicisitudes de las dispares criaturas que pueblan estos cuentos.

Además, todas y cada una de las entregas de este Un día de tren y otros cuentos, nos mantienen en vilo. El volumen en cuestión se estructura en un total de once cuentos, dos «joviales», un par de «sentimentales», un par «de antaño» y cinco «musicales», y ninguna de estas fábulas llama a posponer su lectura para averiguar su desenlace en otro momento. ¿Cómo saldrán de aquella, la alcaldesa y Antonio? ¿Quién diantres acarició el clavicordio en aquella canción de Los Negativos? ¿Retornarán a casa, finalmente, Roberto y Elvis?

Por supuesto, lo avanzábamos, de este libro emanan sonidos, huele a sentidos acordes de guitarra y fanfarria de orquesta. No es de extrañar; la música ha formado parte de la existencia de César durante toda su vida. Sí, de la del resto de mortales también, pero, en su caso, esta ha convivido con el autor en su devenir profesional. Por eso, en estas páginas, las historias tienen banda sonora. Y, por eso, Fuimos novios se inspira en la inolvidable «El bello verano», de Family. Y, por eso, en El corazón de Pucho, el autor desgrana, apasionado, el acontecer de uno de los pilares fundamentales de la música gallega, aquel José Boedo de alucinante biografía, que acabará convergiendo con los también inolvidables Los Támara.

Aquella suerte de artistas, se nos recuerda, atesoraban vivencias novelescas en tierras lejanas, y buscaban cobijo reconfortante en tierra propia. Y, otros, como el sin par Chicho Sánchez Ferlosio, vástago del escritor falangista Sánchez Mazas, apenas intuyó, en aquella sesión casera, que sus «canciones de resistencia» encontrarían su Shangri-La en la nórdica y remota Suecia.

Decíamos que existen diversos nexos de conexión entre las historias narradas por Prieto, y en nuestra disertación nos olvidábamos de uno crucial: Son tan adictivas, que se devoran de una sentada.

Anterior crítica de libros: ¡Yo quiero un TBO! Los tebeos desde la posguerra a la Transición, de Pedro Delgado Cavilla.