DISCOS
«En este álbum se reivindica como una autora emocionante, reflejando sus sentimientos más sombríos y firmando su gran obra hasta el momento»

Amanda Shires
Nobody’s girl
SILVER KNIFE / ATO, 2025
Texto: XAVIER VALIÑO.
En el documental de hace un par de temporadas, Jason Isbell, Runnig with our eyes closed, se documentaba la grabación del disco de Isbell del 2019, Reunions. Sin embargo, el momento más impactante era otro distinto, cuando se desvelaban las diferencias entre Isbell y su mujer, Amanda Shires. Una carta que ella le enviaba, y que leía frente a la cámara, es de esos instantes inesperados y no previstos en el guion que elevan cualquier largometraje por encima de sus intenciones.
Se veía venir y acabó por suceder. El fin del matrimonio ya apareció como uno de los contenidos —no el único— en el álbum Foxes in the snow, lanzado a principios de este año por parte de Isbell. Ahora es Shires quien hace lo propio, aportando su visión, dejando que lo sucedido impregne todas las canciones del disco con una mayor profundidad, a lo que ha contribuido también la pérdida de su abuela y su padre.
Amanda Shires ha estado activa en el mundo de la música desde los quince años y ha acumulado un currículum notable. Tiene varios álbumes en solitario ciertamente recuperables, forma parte del supergrupo The Highwomen junto a Brandi Carlile, Maren Morris y Natalie Hemby, se la puede escuchar como violinista en innumerables álbumes cercanos a la música norteamericana de raíces y fue una figura clave durante mucho tiempo en The 400 Unit, la banda de Jason Isbell, con quien estuvo casada entre 2013 y 2023.
Ha tenido que ser un disco de ruptura, pero lo cierto es que en este álbum se reivindica como una autora emocionante, reflejando sus sentimientos más sombríos y firmando su gran obra hasta el momento. Las canciones, profundamente personales, se dejan empapar de ese sufrimiento, intentando superarlo, tiñéndolo de melancolía, con el piano y las cuerdas a menudo desempeñando un papel fundamental y, ocasionalmente, el pedal steel acompañando con un lamento.
Esas circunstancias tristes encajan a la perfección con la voz de Amanda Shires, que canta con una belleza e intimidad desgarradoras. Su voz resulta clara, expresiva y es capaz de transmitir dolor y seguridad en una sola frase, apoyándose en el tono y el fraseo para lograr el impacto emocional. Especialmente brillante en los temas más tenues, y partiendo del country, se emparenta sin dificultad con el gran cancionero clásico norteamericano. Según ella lo ha definido: «Se trata de estar en medio de las consecuencias de una vida que creías que duraría para siempre y darte cuenta de que nadie vendrá a salvarte».
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Anterior crítica de disco: Leo & Leo, de Leo & Leo.

