EL RITMO DE LA SEMANA

«Adepta a la poesía de Rimbaud y heredera del brío insurrecto de la generación Beat, saboreaba las mieles y las noches del bajo Manhattan»
Sara Morales dedica su columna de este lunes, El ritmo de la semana, a celebrar los cincuenta años de Horses, el debut discográfico de Patti Smith y del mundo en el punk.
Una sección de SARA MORALES.
Foto: ALBERTO SÁNCHEZ.
Nueva York. 10 de noviembre de 1975. Una mujer que no llegaba a la treintena, venida de trabajar en una fábrica de bicicletas en Nueva Jersey, cumplía su sueño de vivir en la ciudad de los rascacielos a la que había llegado ocho años antes para probar suerte, encontrándola como dependienta de una librería. Pero aquel día cambió todo.
Adepta a la poesía de Rimbaud y heredera del brío insurrecto de la generación Beat, con Allen Ginsberg y Burroughs como guías espirituales, saboreaba las mieles y las noches del bajo Manhattan al tiempo que el fotógrafo Robert Mapplethorpe, una de sus primeras amistades allí y quien la retrataría para la historia, la animaba a dedicarse al dibujo y a la creación artística. Aquel día, sin duda, lo hizo para no volver atrás.
Con una educación estrictamente religiosa a cuestas de la que buscaba desprenderse, pero con la apertura de mente que le regalaba su gusto por el pensamiento contracultural y su rutina por la Gran Manzana, daba vida a escritos y poemas que, a partir de ese día, se convirtieron en canciones eternas.
La amistad que entabló con músicos y artistas de filosofía e ímpetu similares desembocó en una escena, en un movimiento, en un género, que iba a cambiar el mundo y ella, sin buscarlo ni pretenderlo, se iba a convertir, desde ese día, en su madrina.
Tanto fue así que, con el paso de los años, así se la considera todavía. Por eso, aquello que hizo ese día, más todo lo que vino después, la han llevado a tener su propio rincón en el Salón de la Fama del Rock and Roll, a recibir el Premio de Música Polar concedido por la Real Academia Sueca, a obtener un doctorado honoris causa por la Universidad Rowan, a ser nombrada comendadora de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, a recibir el nombramiento de Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor y a hacerse con la Medalla de Oro de las Bellas Artes en España.
Aquel día, aquel 10 de noviembre de 1975 que lo cambió todo, vio la luz Horses, su debut musical y discográfico. Y hoy, cincuenta años después, lo seguimos celebrando como parte fundacional (y fundamental) del santo grial del punk, como una de las llaves sonoras y conceptuales hacia la libertad ¡Gloria a Patti Smith!
–
Anterior entrega de “El ritmo de la semana”: Iggy Pop, Lou Reed y dos monstruos, al otro lado del muro.
