
«Considero que es un gran disco, repleto de excelentes canciones de las que me siento muy orgullosa»
Con motivo de la reedición de Volviendo a las andadas (1987), Ana Curra regresa a esta colección de canciones y las desmenuza, una a una, en exclusiva para Efe Eme.
Texto: SARA MORALES y ANA CURRA.
Acaba de lanzar “Activista de la idiotez”, el primer single oficial del que será su nuevo disco, con canciones que anda componiendo en este momento, y que verá la luz en 2026. El presente la engulle, anda construyendo una rutina atestada de proyectos e ilusiones que la mantienen más viva que nunca, al tiempo que estrena jubilación de la que ha sido su ocupación toda su vida: profesora de piano en el conservatorio de San Lorenzo de El Escorial.
Sin embargo, Ana Curra, que siempre ha confesado no querer tirar demasiado de nostalgia y asiste al mundo con los pies en la tierra, con esa urgencia que la caracteriza, aún tiene tiempo de mirar al pasado de vez en cuando. Y este es uno de esos momentos. Acaba de ver la luz, a manos de Warner, la reedición de Volviendo a las andadas, aquel disco que publicó en 1987 cuando el luto por Eduardo Benavente, personificado en Seres Vacíos, comenzó a dar tregua. Con la tristeza todavía a cuestas, pero con la necesidad de abrazar la luz, Curra dio vida a esta colección de canciones que hoy cobran más sentido que nunca y que ella misma nos detalla una a una. «Considero que es un gran disco, repleto de excelentes composiciones de las que me siento muy orgullosa. En su momento no me supe comprender, eterna insatisfecha. Ahora me llevo mucho mejor con mi perfeccionismo».
– “Amor – Odio”: «Sentimientos contradictorios del amor como adicción, “opio de mi vida”. Los celos, la posesión y el odio se conjugan en un potaje de sentimientos que se liberan en esta canción de juventud, en clave punk melódico».
– “Es tarde para cambiar”: «Mi novio me ha sido infiel, le descubro en la cama, le tiro una jarra de agua fría en enero, a ella, desnuda, la echo a la calle; yo me seguiré vengando. Y, es que, ya sabía que era mujeriego y mentiroso, pero… este es el juego para irse comprendiendo».
– “Envuelta en ron”: Homenaje al ron negrita. En Rock-Ola todo era garrafón, menos el ron negrita, ¡menudo descubrimiento! La música la hice con Sabino Méndez, un día que coincidimos en carretera.
– “Crimen perfecto”: Esta canción habla de la heroína que ya comenzaba a causar estragos entre los nuestros. Me hizo la letra Quico Rivas, la hizo para mí seguro de que la comprendería. Es una de mis favoritas.
– “Rien de rien”: «Siempre fue un referente Édith Piaf y, en clave punk, hice mi particular homenaje a la gran dama punk de la chanson. Una pequeña gran mujer desde la calle a los teatros, emblema de su país y de todo artista».
– “Pájaros de mal agüero”: «Restos de mi era pospunk, visionarios y hechiceros en Seres Vacíos. Esta canción nunca ha dejado de estar en mi repertorio de directo, siento que me representa en cualquier etapa».
– “En esta tarde gris”: «Dedicada a mi querido Alberto García-Alix. Cuando le conocí iba siempre con su inseparable Antonio Bartrina (aún no existía Malevaje), pero los tangos, Carlos Gardel y los tugurios con olor a poesía los acompañaba. Esta frase que da título a mi canción me la cantaba al oído. Su tono es glam, te invita fácilmente a su latido».
– “Santo y diablo”: «Es otra canción de contradicciones, el bien y el mal en pelea».
– “La señal”: «Es una canción también en clave punk, inspirada en una novela erótica sadomasoquista que leía por entonces llamada Historia de O».
– “Unidos”: De Parálisis Permanente. La canción que decidí seguiría cantando en directo una vez muerto Eduardo; la única y, por ello, la grabé de nuevo. El resto del repertorio tendrían que pasar los años hasta llegar Ana Curra presenta El Acto. Ahora no tengo ya problema en hacerlo, pero me costó su tiempo. Postpunk con un teclado inquietante.
– “Soñé que no hay sol”: «Canción que cierra el disco y que, a pesar de todo el intento de sobreponerme a lo largo del elepé, se vislumbra que aún me acecha la sombra y la depresión».
