LIBROS
«Aborda todas las cuestiones que son pertinentes para explicar por qué London calling es un disco que ha perdurado. Y Ballesteros lo explica con gotas de pasión, de lectura agradable y, sin embargo, erudita. Un libro, por todo ello, impecable»

Fernando Ballesteros
London Calling. The Clash rompiendo con todo
EFE EME, 2025
Texto: CÉSAR PRIETO.
Que London calling es uno de los mejores discos de la historia del rock esta fuera de toda duda. La duda, si la hay, estriba en qué es lo que hace que un disco sea uno de los mejores. La calidad de sus canciones, claro, eso está fuera de discusión, el ángel con el que las interprete el grupo, el trabajo de producción, arreglistas, técnicos de sonido, portadistas… Montones de elementos que pueden hacer que una colección de canciones sean resultonas o toquen el cielo. El caso del tercer álbum de The Clash se encuentra en el segundo supuesto. Y de argumentarlo se encarga Fernando Ballesteros en la nueva entrega de la “Colección Elepé” de la editorial Efe Eme, London Calling. The Clash rompiendo con todo.
Fernando es licenciado en Periodismo, y uno sospecha que eligió esa carrera para poder hablar de música, que es lo que le apasiona. Así que pudo acceder a programas de radio y escribir artículos en Efe Eme. Esta es su primera publicación y esperemos que el talento que demuestra lo lleve a editar muchas más.
La estructura del libro es la habitual —la necesaria— para desgranar todos los vaivenes del disco. Hablar de ello no lo hace mejor, pero sí hace más grande, puesto que explica por qué nos emociona, por qué esa excitación que sentimos al escucharlo. Tanto más cuanto es un disco que tiene mucha historia detrás porque aparece en un momento de ruptura de casi todo lo que había hecho el punk, que asiste sin mucho dramatismo a su final.
La historia de la formación es clara, sin extenderse, pero sin que falte nada. Todo comienza en un concierto de Sex Pistols y 101’ers, el primer grupo de Joe Strummer, en un pub de Londres. Este último se da cuenta al instante que su propuesta de pub rock se ha quedado obsoleta. Vive en un barrio londinense plagado de conflictos raciales, lo que influirá en su música de manera directa.
El grupo va asentándose poco a poco hasta que, en primera instancia, aparece un posible productor, Guy Stevens, productivo en años anteriores, pero al que sus adicciones habían convertido en una persona excéntrica, lo cual hace que no congenie con el grupo. No hay problema. Volverá a aparecer al cabo de unos años.
El texto va recorriendo la grabación de su primer elepé, del segundo y la gira americana, donde se empezó a gestar London calling, que creció a base de sesiones y sesiones de trabajo en el local de ensayo, aislados, lejos de todo. Con las canciones bien masticadas deciden, ahora sí, que el productor sea Guy Stevens, que había realizado grandes trabajos en los años sesenta y era A&R de Island Records.
Para la grabación escogen los Nessex Sound Studios. Allí, Stevens, que al principio no parecía propicio a ello, creaba buenas vibraciones, a pesar de sus excentricidades. El libro recoge después la gira, la situación política del Reino Unido y la evolución política de Strummer.
Y, claro, un apartado especial es para las canciones. Muchas, porque fue a un álbum doble a precio de sencillo. Les costó conseguirlo de la discográfica. Habla de las letras combativas, del aspecto social, de cómo fue creada, de dónde vienen sus melodías y de los tejemanejes amorosos de los componentes del grupo, que inyectan algunas dosis fuertes en las canciones. Tras ello —como suele suceder en los estudios bien estructurados—, se despliega la acogida del público y de la crítica, la gira y las ediciones especiales. También su producción posterior y la vuelta de Bernie Rhodes, su primer mánager, al que habían echado años atrás con cajas destempladas.
En definitiva, se trata de un texto que aborda todas las cuestiones que son pertinentes para explicar por qué London calling es un grandísimo disco, un disco combativo, que ha perdurado, que emociona. Y Ballesteros lo explica con un relato ágil, pero con gotas de pasión, de lectura agradable y, sin embargo, erudita. Un libro, por todo ello, impecable.
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Anterior crítica de libros: Un día de tren y otros cuentos, de César Prieto Álvarez.

